Guillermo Martí Ceballos nace en
Barcelona en 1958. Hijo del pintor paisajista Oriol Martí, recibe de su padre
las primeras enseñanzas en el mundo del dibujo y la pintura. En 1983 entra en
la Escuela Massana de Barcelona realizando estudios de diseño gráfico. En 1986
entra en el estudio de Pintura de los Artistas Boter y Santaló.
Admira del Expresionismo alemán y
el Fauvismo su obra gira esencialmente (aunque no únicamente) en torno al
paisaje y el retrato. Con la fuerza del color en composiciones francas y
directas busca capturar la esencia luminosa del entorno o el carácter del
modelo en retratos donde la mirada femenina juega un papel preponderante. Una
selección de su obra y extractos de algunos de sus escritos.
“ A pesar de sentirme más
pintor que ilustrador y realizar la mayor parte de mi trabajo como artista pintor,
mi amor y mi afición por la ilustración han sido siempre muy profundos. Muchos
años trabajando como diseñador gráfico me han obligado a hacerme servir de esta
útil y valiosa herramienta que es el dibujo y como consecuencia la ilustración.
Creo que ambas artes tienen un tronco común y muchas similitudes.
En cuanto a las diferencias
podríamos decir que la pintura está al servicio de un pensamiento más íntimo en
la que la libertad es absoluta con relación a la idea, el concepto y los medios
empleados, y por contra, la ilustración está al servicio de una idea impuesta
por un texto escrito o para lograr un objetivo publicitario, y normalmente se
realizan numerosas reproducciones del original por sistemas mecánicos, lo que
conocemos como artes gráficas. Se puede decir también, que en la ilustración se
utilizan actualmente nuevas tecnologías informáticas que no pueden ser usadas
en la pintura que requiere de una obra original, es decir una obra física. En
cuanto a las similitudes, tanto el dibujo como el color son el vehículo con el
que las dos artes se expresan. Pero lo más importante es que en ambas, cuando
hablamos de pintura e ilustración en mayúsculas, deben tener una bella armonía
en los colores, una equilibrada estética en la composición y han de llegar al
espectador con toda la fuerza expresiva que le sea posible, en definitiva,
tanto el ilustrador como el pintor deben desarrollar una gran creatividad.
Creo que es una pugna inútil y que
no lleva a nada constructivo sobrevalorar una sobre la otra. Se puede decir,
eso sí es cierto, que la pintura es más profunda y su finalidad más espiritual
pues no viene impuesta desde el exterior como en la ilustración, y por tanto la
libertad creativa es superior, pero como en todas las cosas las comparaciones
son odiosas. Observemos a cada una desde el lugar que le corresponde y con la
finalidad que persiguen y valoremos en ambas sus respectivas cualidades. No
cabe duda que además en muchos casos pueden ir juntas de la mano”.
Fuentes:
Nota:
La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde
a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este
sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que
otras personas disfruten contemplando sus obras.
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