La versatilidad de Ken C.
Hamilton en acuarela define su arte aunque también ha trabajado ampliamente en
otros medios. "Creo que es algo acerca de la forma en que interactúa el
pigmento sobre el papel lo que no se puede conseguir en cualquier otro medio.
Informal, pero fácilmente identificable, que puede representar el tema sin
dejar de ser difícil de alcanzar. Me fascina la relación de retratar la imagen
y el espíritu del sujeto al tiempo que permite la capacidad de las pinturas
'para asumir una vida propia".
Creció en Spokane,
Washington, y pasó muchas horas mirando por encima del hombro de su padre, un
artista consumado que había recibido una serie de encargos. El talento de Ken
para el dibujo era evidente a una edad temprana, lo que le llevó a crear su primer
encargo a los 12 años cuando un amigo le pagó cuarenta centavos para pintar la
batalla naval, Monitor y el Merrimac. La madre del amigo se sorprendió de que fuera
efectivamente de su hijo la pintura.
Después de la escuela
secundaria, Ken asistió por primera vez al Spokane Falls College y recibió un
diploma de arte profesional de tres años. Fue allí donde escuchó al orador
invitado Dick Brown, un prolífico artista / ilustrador, que le hizo una
impresión duradera y lo motivó a buscar nuevos estudios. Ken se trasladó a
Seattle y se matriculó en la nueva Escuela de Visual Concepts, donde Dick Brown
fue director. A medida que se adentró más profundamente en sus estudios, Ken
reconoció desarrollar una mayor confianza con el dibujo, aprendiendo a dibujar
con mayor espontaneidad y el entusiasmo derivado de aprender a interpretar y
hacer hincapié en el gesto figurativo. Su trabajo se convirtió en más que un
dibujo preciso. Impartido por la práctica de los profesionales, el medio
ambiente enérgico y creativo, además, proporciona un sentido de familia ya que
también fue invitado a sus casas.
Alentados por sus
instructores, en 1978, Ken se trasladó a Nueva York como ilustrador
independiente. Sus clases organizaron una fiesta de despedida.
Con ardiente interés de Ken
en la observación de la gente, desarrolló el hábito de llevar un cuaderno de
dibujo donde quiera que fuera, dibujando en el acto. Esto resultó ser muy
valioso para su trabajo. También siguió pintando de un modelo sobre una base
regular. Su estilo pictórico se prestaba al realismo editorial, que era más
adecuado para la cubierta dura más que el mercado de masas. Como se esperaba
más detalle Ken sintió que perdió algo de su espontaneidad. Se le ofreció
trabajo con una serie de editores y otros clientes que aparecen muchas veces en
la Exposición Nacional Sociedad de Ilustradores.
En otra área casi invisible
para el campo de la ilustración y de un mundo en sí mismo, Ken incrementó aún
más su profesión por hacer una considerable cantidad de obras de arte y un
borrador del guión gráfico para agencias de publicidad. Aquí fue capaz de conseguir
un poco de libertad de experimentar con el dibujo y la representación de enfoques
dependiendo del producto. Fue buscado por los directores de arte en muchas de
las principales agencias de publicidad en una amplia gama de cuentas.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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